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¿Dónde está Badajoz? Todo lo que necesitas saber.

Conoce Badajoz

Badajoz. Un nombre que quizás has oído alguna vez o que tal vez solo te suena de pasada, pero, ¿sabes realmente dónde está Badajoz?

¿Qué tiene de especial? ¿Qué misterios, curiosidades y encantos guarda esta ciudad de la que se habla poco, pero que tiene tanto que ofrecer?

Si buscas un destino fuera de lo común, con una historia rica, una cultura vibrante y paisajes que sorprenden, sigue leyendo porque aquí te lo cuento todo.

Un punto en el mapa: geolocalizando Badajoz

Primero, lo esencial. Badajoz está en el suroeste de España, formando parte de la comunidad autónoma de Extremadura. Badajoz es una provincia y una ciudad, y sí, ambas llevan el mismo nombre.

Esta ciudad fronteriza tiene una mezcla única de influencias hispanas y lusas ya que limita con Portugal al oeste, y su posición estratégica le ha dado un papel importante a lo largo de la historia, tanto en comercio como en batallas y defensa. Esta región no solo define una frontera, sino que representa un punto de conexión entre dos culturas ricas: la española y la portuguesa.

Pero no se trata solo de un punto en el mapa. Badajoz es mucho más. Es una tierra que combina la serenidad de sus paisajes con la intensidad de su historia.

En el corazón de Extremadura

Extremadura es una de las comunidades más desconocidas y, a la vez, más sorprendentes de España.

Badajoz, siendo su provincia más extensa, ocupa una buena porción de esta tierra llena grandes llanuras doradas que parecen infinitas, solo interrumpidas por sierras y montes que le dan un toque especial al paisaje. Aquí, la naturaleza y la historia se encuentran a cada paso, formando un lugar que merece la pena descubrir.

Todo lo que tienes que saber de Badajoz
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Entre dos mundos: España y Portugal

El río Guadiana, con su curso paciente y majestuoso, cruza Badajoz como si estuviera marcando un límite entre dos mundos: España y Portugal.

Imagina esto: estás paseando por la Plaza Alta de Badajoz, y un ligero giro hacia el oeste te lleva a una frontera que, aunque política, no deja de ser simbólica y cultural.

Porque sí, Badajoz mira hacia dos lados. Tiene un pie en la historia de la península ibérica y otro en las tradiciones portuguesas que se sienten casi al alcance de la mano.

Esta dualidad le ha conferido a la ciudad una identidad única, donde las costumbres se entrelazan y las lenguas se encuentran, a veces, en un mismo susurro.

Por las noches, las luces de la ciudad se reflejan en el Guadiana, y si escuchas con atención, quizás oigas las historias de contrabandistas, mercaderes y viajeros que cruzaban el río en tiempos pasados, cuando la frontera no solo separaba territorios, sino también destinos y sueños.


Un repaso por su historia: del Imperio Romano a la actualidad

Si quieres entender dónde está Badajoz, necesitas entender cómo ha llegado a ser lo que es hoy. No basta con mirar el mapa.

Fundada como Pax Augusta en tiempos de los romanos, esta zona ya era estratégica. Las vías romanas cruzaban la provincia y unían ciudades que hoy solo son sombras y ruinas. Badajoz era parte de una red de caminos que conectaba la península, facilitando el comercio y la comunicación. Las legiones marchaban por estas tierras, llevando consigo el peso de un imperio y dejando huellas de su paso en forma de calzadas y puentes.

Pero fue en la Edad Media cuando Badajoz empezó a brillar como un importante enclave, bajo el dominio musulmán.

La Alcazaba de Badajoz, una de las fortalezas más imponentes de la península, es testigo mudo de esos tiempos. Imagina por un momento: murallas, sentinelas, y una vista que abarcaba tanto tierras españolas como lusas. Hoy, esas piedras hablan de una historia compartida, de batallas y alianzas.

Durante el periodo musulmán, Badajoz fue un centro de aprendizaje y cultura. Sus bibliotecas y escuelas atraían a sabios y poetas de distintas partes del mundo árabe. La ciudad era una mezcla de conocimientos donde se estudiaban tanto la poesía como las matemáticas y la astronomía. Esta riqueza cultural se mezcla en sus raíces y se percibe aún en sus calles y monumentos.

Con la reconquista, Badajoz pasó a manos cristianas y se convirtió en un punto estratégico en la lucha contra Portugal y en la defensa de la frontera. Las guerras y los tratados dibujaron y redibujaron las líneas de su historia, pero la ciudad siempre se mantuvo erguida.

En siglos posteriores, Badajoz no perdió relevancia. Durante la Guerra de la Independencia, la ciudad fue escenario de intensas batallas y asedios, especialmente recordado es el Sitio de Badajoz en 1812, donde las tropas británicas, bajo el mando de Wellington, lucharon ferozmente para liberar la ciudad de las fuerzas napoleónicas. Este episodio, aunque trágico, marcó un punto de inflexión en la historia de la ciudad, que se reconstruyó y continuó adelante.


¿Por qué deberías conocer Badajoz?

Ahora que ya sabes dónde está Badajoz, la pregunta es: ¿por qué importa?

Cultura y tradición que respiran

Badajoz es sinónimo de fiestas, ferias y arte. Sus calles, sus plazas, respiran una mezcla de historia y modernidad. El Carnaval de Badajoz, uno de los más famosos de España, es un claro ejemplo.

Carnaval Badajoz
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Durante esos días, la ciudad explota de color, música y alegría. Los disfraces, las comparsas y las carrozas convierten las calles en un espectáculo que atrae a visitantes de todo el país.

Pero no solo de carnaval vive la ciudad. Las procesiones de Semana Santa, con sus pasos majestuosos y el silencio respetuoso de la multitud, añaden un matiz de solemnidad y devoción. Las luces de las velas iluminan las calles, mientras las imágenes de la Pasión recorren la ciudad, creando un ambiente sobrecogedor y mágico.

¿Y la gastronomía? No se puede hablar de Badajoz sin mencionar su comida. Las migas extremeñas, la caldereta de cordero y los embutidos de cerdo ibérico, que compiten en calidad con los mejores de España, son un manjar que te hará recordar esta tierra mucho después de haberla visitado. Cada bocado es una conexión con la tierra, con la tradición, y con el esfuerzo de generaciones que han mantenido vivas estas recetas.

Y no solo hablamos de platos salados. Los dulces de convento, como las perrunillas y las téculas, endulzan la experiencia de cualquier visitante. Cada uno de estos postres cuenta una historia, de monjas que en silencio elaboran estos manjares con recetas centenarias.

No es raro encontrar ferias gastronómicas donde se resalta la tradición repostera de la provincia, donde cada pastel tiene un toque de historia y cariño.

Los vinos de la región también merecen mención. Extremadura, y Badajoz en particular, ha sido testigo de un renacimiento en la producción vitivinícola. Sus vinos, tanto tintos como blancos, acompañan perfectamente la gastronomía local y son un reflejo del carácter de la tierra.


Un enclave natural para explorar

Más allá de la ciudad, la provincia de Badajoz es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Las dehesas se extienden hasta donde alcanza la vista, con sus encinas y alcornoques que dibujan un paisaje casi poético. Estos campos son hogar de animales como el cerdo ibérico, que se cría en libertad y cuyo jamón es conocido en todo el mundo.

Parque Natural de Cornalvo

Un lugar que tienes que visitar si estás en Badajoz es el Parque Natural de Cornalvo. Este espacio protegido es hogar de una biodiversidad impresionante, y su embalse romano, aún en pie, es un recordatorio de la ingeniería de nuestros ancestros. Aquí, la tranquilidad del agua se combina con el canto de las aves y el susurro del viento entre los árboles, creando un refugio para el alma.

Otros parajes inolvidables

Si buscas más aventuras, el Embalse de Orellana, conocido por sus aguas cristalinas y sus playas de bandera azul, te sorprenderá. Perfecto para actividades como la pesca, el kayak o simplemente disfrutar de un picnic a la orilla. Este embalse es uno de los pocos en España que ha conseguido la distinción de bandera azul, lo que garantiza la calidad de sus aguas y su entorno.

También puedes explorar la Sierra de Hornachos, un lugar menos conocido pero de una belleza que te deja sin palabras. Sus rutas de senderismo te llevan por caminos donde el horizonte parece infinito, y la flora y fauna se despliegan en su máximo esplendor. Desde sus cumbres, las vistas te regalan una perspectiva increíble del paisaje extremeño, con campos llenos de encinas y olivos, y un silencio que solo rompen los sonidos de la naturaleza

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